LAS 4 MUJERES que habitan en mí
Voy a profundizar en las cuatro energías o 4 arquetipos que nos habitan durante el ciclo menstrual.
Estas energías dependiendo del mes, de la luna o de nuestras circunstancias de vida, las podemos sentir con más o menos fuerza. No siempre que es primavera estamos a tope de alegría o en invierno no siempre nos apetece sofá y manta.Las mujeres tenemos naturaleza cíclica. No es cuestión de locura ni de patología. Cada día es nuevo, e impredecible, nademos a favor!
Tenemos el poder dentro de nosotras y la capacidad de devolvernos el equilibrio si nos escuchamos, si nos damos lo que necesitamos, y tomamos decisiones. La vida es cambio y movimiento.
Las 4 fases o arquetipos por los que pasamos las mujeres en cada ciclo son la anciana o el invierno, la doncella o la primavera, la madre o el verano y la bruja o el otoño.
La anciana o fase menstrual.
Comienza con el primer día de sangrado. La sangre: depura toxinas, colesterol, y lo que no necesitamos a todos los niveles. El ritmo es más lento. Es una fase para descansar y regenerarse, de oscuridad. La mente está más aturdida, tiene menor capacidad de concentrarse, menos fluidez en el lenguaje. Solemos estar más cansadas, con más sueño y más ganas de estar tirada. Intentemos darnos ese espacio de descanso.
Es una fase de estar hacia adentro, con una misma. La capacidad para relacionarse disminuye. Los sentimientos están a flor de piel y llorar puede ayudarnos a limpiar el alma. Podemos pasar por un duelo por aquello que ya no sirve. Es importante acordarse que después viene la luz. Podemos buscar las soluciones a los problemas presentados en la fase premenstrual. Es una fase para hacer balance. La sexualidad es más pausada. A nivel físico el cuello de útero está más bajo, inclinado, abierto y blandito. Los entrenamientos de fuerza y de mucha intensidad están desaconsejados, ya el cuerpo no se adapta y la sensación de fatiga es mayor.
La doncella o fase preovulatoria.
En esta fase recuperamos la energía para empezar, emprender y fortalecer. Para realizar los cambios importantes que se han podido presentar en la etapa anterior. Vuelve la vitalidad y la fortaleza gracias al contacto con el interior que nos ha proporcionado la etapa de la menstruación. Es más fácil centrarse en una misma y nuestros proyectos. Gran poder de concentración y focalización. La sexualidad se presenta más como una diversión y un juego. A nivel físico, el cuello del útero durante 6 días se va elevando, y está cerrado y duro. Los entrenamientos de fuerza e intensidad pueden volver a recuperarse. Importante calentar bien y estirar mucho para evitar lesiones.
La madre o fase ovulatoria.
Corresponde a la máxima expansión y exteriorización. Es símbolo de fertilidad y nutrición. Energía de dar y compartir con otras personas. Tenemos menos interés en nosotras y más en los seres queridos. Nos llenamos de luz y brillo, estamos radiantes y sensuales. La energía sexual es muy amorosa. A nivel físico el cuello de útero está alto, centrado y blandito y su flujo es fértil.
La bruja o fase premenstrual.
Es tiempo de soltar, como lo hacen los arboles con sus hojas. Empezamos a bajar a las profundidades para nutrirnos y salir revitalizadas después del sangrado. Representa la sabiduría. La energía empieza a cambiar hacia adentro. El cuerpo nos muestra la verdad que se esconde tras nuestros actos o palabras. Podemos ser muy hirientes y expresarnos de forma destructiva. Detrás de esa rabia y esa crítica se esconde algo que no nos gusta, que queremos cambiar o no podemos aceptar. No se trata del otro si no de nosotras mismas. La chamana nos conecta con nuestros deseos, y nos da fuerzas para decir basta, para deshacernos de lo viejo y hacer cambios necesarios. Nos pone frente al espejo y nos obliga a mirarnos profundamente. Nos conecta con la naturaleza salvaje. Energía sexual muy erótica. Aumento de la creatividad. A nivel físico es importante empezar a bajar la intensidad de los entrenamientos, dar más descanso. El cuello del útero está bajito, accesible e inclinado.
Un ejercicio interesante para conectar, sentir, y entender los cambios que se viven cada mes, con cada fase menstrual es el diagrama lunar. En la imagen tenemos un ejemplo de cómo hacerlo, pero cada una puede crear el tuyo. Es interesante que lo hagamos durante al menos un año, para conocernos en todas las estaciones del año. Ponemos espacio para 31 días, menos o más dependiendo de los días que dura nuestro ciclo.Teniendo en cuenta que el día 1 es el primer día de sangrado. Y todos los días vamos apuntado cómo estamos: vitalidad, sexualidad, estado mental, ganas de estar con otra gente, creatividad, antojos, líbido, concentración, sensibilidad, o algún hecho importante que nos ocurra. El espacio para rellenar es pequeño, así que podemos poner lo más significativo de cada día. Podemos usar diferentes colores para cada fase, o símbolos que nos evoquen sensaciones. Y así mes a mes vamos comprobando que hay estados que se repiten, o que no es lo mismo menstruar en primavera que en invierno, que no es lo mismo cuando nos repetamos que cuando no.
Es un manual de autoexploración, para que podamos ir a favor de lo cíclico en cada ámbito de nuestras vidas. Es una llamada al respeto y a la escucha.
Virginia París, Fisioterapeuta y Osteópata especialista en mujer. Trabajo en centro de fisioterapia Virginia París en Urduliz. v.paris@yahoo.es